A veces leer un libro es verte atrapado por una historia que te envuelve, te engulle, la realidad se diluye y se siente insípida, poco interesante, frente a lo que ocurre en la historia. Eso me pasó con Americanah.
De Chimananda Ngozi Adichie, escritora nigeriana, supe por primera vez, hace unos años, cuando me topé con la charla que dio en el 2009 para TED titulada El peligro de una sola historia donde menciona varios de los temas que desarrollará en su última novela, entre ellos el peso de los prejuicios, la mirada sesgada y pequeña con la que vemos ciertas realidades, la facilidad con la que etiquetamos a otros o nos etiquetamos.
Americanah inicia cuando Ifemelu, una de las protagonistas del libro ha decidido, tras años de vivir en Estados Unidos, regresar a Nigeria. Cierra así años de experiencias diversas en continente americano, amores, reflexiones y sobre todo, ha decidido cambiar una cierta comodidad, que le costó mucho conseguir, por un retorno sin ningún tipo de garantías a un país que deberá redescubrir. Precisamente el título tiene que ver con este retorno. Americanah es como llaman en Nigeria a las personas que tras vivir en Estados Unidos regresan creyéndose superiores.Allá, en Nigeria está Obinze, el otro protagonista, su primer amor que ahora está casado y tiene un hijo. A través de oportunos flash backs la narración nos llevará a conocer el pasado de estos dos personajes, su infancia, adolescencia, enamoramiento y las decisiones que los llevaron hasta este punto donde un reencuentro, tras años de separación, parece inminente.
Ifemelu dejó una Nigeria atrapada en una dictadura militar, tiempos en que irse del país era el sueño común de cualquier joven y en los que el extranjero, en particular Estados Unidos, parecían prometer un destino brillante. Obinze comparte esas ambiciones pero el destino tendrá otros planes para él y en el periplo que cada uno deberá hacer para convertirse en adulto se enfrentarán a diversas contradicciones, pruebas y decepciones.
Uno de los grandes temas del libro es precisamente cómo construimos una identidad. Por un lado está la familia, sus valores, por el otro la sociedad. Partir es desarraigarse perder referentes y adquirir otros. Chimanda Ngozi analiza con lucidez y profundidad estos complejos procesos. Con una narrativa fluida nos lleva a través de estos personajes a ver cómo eran, quiénes fueron, las cosas que vieron, de las que fueron testigos.
A través de la mirada de Obinze e Ifemelu hacemos como lectores un viaje a la vida del inmigrante en Estados Unidos, y al descubrimiento del problema de la raza. Ifemelu, lúcida y observadora sentirá las contradicciones de un país que lucha por erradicar cualquier manera de racismo en su discurso pero que lo vive cotidianamente de manera, a veces sutil y disfrazada de buenas intenciones. Por otra parte, gracias a Obinze conoceremos la vida del inmigrante ilegal en Inglaterra, la explotación, los abusos.
También habrá un lugar para el mundo académico, sus imposturas y discursos huecos; el vacío tras el poder y el dinero; el amor y las relaciones de pareja;la posición de la mujer en la sociedad; la relación de los hijos con sus padres; la familia y sus secretos, por solo citar algunos de los temas desarrollados en esta novela inclasificable que abre múltiples posibilidades de reflexión al lector.
Que nadie crea que el estilo es denso o difícil, por el contrario, la gran virtud de la escritora es hacer sencilla la complejidad. No hay momentos muertos en la narración que se acompaña de preciosas descripciones que consiguen trasladarnos sin dificultad a alguna a una calle en Filadelfia o al olor del plátano frito en las calles de Lagos. Hay, también, mucho humor y ligereza lo que consigue hacer aún más entrañable la lectura.
En el momento en que escribo esto preparan la adaptación cinematográfica de Americanah. Lupita Nyong´o (12 años de esclavitud) encarnará a Ifemelu, y, al parecer David Oyelowo (Selma) será Obinze. Solo me queda esperar que la adaptación esté a la altura del libro y que muchos se animen a dejarse cautivar por esta magnifica novela.