El día de hoy, en #Cinetflix, recomendé una película y, de pasada, el buen libro en el que se basa. Se trata de “The road” la cual encuentran en Netflix como “El último camino”.
La película es la adaptación de la novela ganadora del premio Pulitzer de ficción del 2006, del mismo nombre, escrita por Cormac McCarthy. Aprovecho para recordarles que en el 2007 otra novela de McCarthy fue llevada exitosamente a la gran pantalla dirigida de la mano de los hermanos Coen: “No country for old men” (disponible en Netflix también, traducida como “Sin lugar para los débiles”.
El australiano John Hillcoat es el encargado de esta adaptación que se mantiene bastante fiel al libro.
La historia transcurre en un futuro apocalíptico, una catástrofe no explicada ha acabado con el mundo que conocíamos, no hay cultivos, se han extinguido los animales y hace frío. En este desolado contexto un padre y su pequeño hijo caminan sin parar con la esperanza de llegar a un lugar donde las cosas puedan, quizás, estar mejor. Oportunos flashbacks nos permiten conocer mejor a los protagonistas y su historia.
Lo que hace a esta película (y a la novela) especial es la relación que se construye entre padre e hijo en medio de este ambiente hostil y sombrío. Sin leyes, si sociedad, ante una situación desesperada el hombre regresa a un estado animal, pero el padre, un impecable Viggo Mortensen, no desea eso para su hijo. Aunque parezca inútil e innecesario el padre está decidido a educar a su hijo, a inculcarle valores morales y ética que parecen innecesarios o alejados de la cruda realidad. Esa tensión entre los deseos del padre y la terrible realidad que afrontan son el eje central de la historia y están muy bien logrados en la película.
Dura, con destellos de esperanza, una película (y un libro) para pensar en la naturaleza humana, la paternidad, y las relaciones que construimos con los otros.