Una de las películas que ha dado (y dará) de que hablar este año es, sin duda, Relatos Salvajes, del argentino Damián Szifrón.
Tras recolectar éxitos en el Festival de Cannes aseguró su distribución internacional y en Argentina, desde su estreno a finales de agosto, no ha hecho sino sumar espectadores.
Relatos Salvajes marca el regreso de Szifrón, como director y guionista, a la gran pantalla, tras estar dedicado a otra serie de proyectos, entre ellos dos exitosas series de televisión (Los simuladores, Hermanos y detectives).
Ocho años después de Tiempo de valientes , el director argentino presenta lo que él considera “un brebaje embriagador condensado”. La definición le cae como anillo al dedo a esta original propuesta en la que presenciamos seis historias diferentes unidas por una misma temática: retratar instantes en los que los protagonistas se ven abocados a sus propios límites, momentos en los que prima el instinto animal, como lo insinúan las imágenes de vida salvaje de los créditos, y en los que la línea que separa la civilización de la barbarie se diluye por completo.
Humor negro, ritmo electrizante, inesperados giros en la historia, es difícil no quedar cautivo mientras se suceden una a una estas historias que retratan, cada una a su manera, la experiencia de encontrarse en un momento límite.
Hay de todo: venganzas preparadas con años y sangre fría; otras que llegan de la nada a través de una mano dispuesta a ensuciarse de sangre; rabias descontroladas, de esas que se parecen tanto a la pasión; sistemas injustos y corruptos que abusan de los ciudadanos; ricos que contemplan la pusilanimidad de sus herederos mientras otros desean aprovecharse de eso; novias engañadas que no van a dejársela tan fácil al traidor…
La gama es amplía y variada, a algunos los apoyamos, otros nos asustan con su descontrol a unos más no los creemos capaces de nada hasta que demuestran lo contrario. Finalmente, cada historia nos hace preguntas necesarias ¿Ser víctima o victimario? ¿Hasta dónde llegar en busca de justicia y que significa eso para cada uno de nosotros? Los métodos y respuestas son múltiples como lo demuestra con creces cada una de estas historias.
Feroz, desmedida, algunos le critican estar hecha para gustar, casi creada como fórmula, quizás sea cierto, pero nadie ha dicho que eso sea fácil y menos lograr, que se queden resonando en nosotros, tras varios días de haber visto la película, ciertos destellos de esa animalidad furiosa que presenciamos y que sin duda nos habita.