En el último #Cinetflix recomendé la que, el 28 de enero de este año, ganó en el Festival de Sundance el premio a mejor película y que ya se encuentra disponible en Netflix (si esto es bueno o malo para la industria es otro debate). El caso es que “Ya no me siento a gusto en este mundo” , el debut como director y guionista del actor Macon Blair se encuentra ya al alcance de la mano..
El sugestivo título parece venir de una canción de Gospel interpretada por Two Gospel Keys.
La protagonista es Melanie Lynskey que muchos recordarán como Rose, la eterna enamorada de Charlie en “Two and a half men” y que tiene aquí una oportunidad para mostrar su potencial como actriz.
Ella interpreta a Ruth, una mujer hastiada de sentir que vive en una sociedad egoísta y cruel. Haciendo gala del humor negro que estará presente en todo el desarrollo, los primeros cinco minutos son una secuencia frustraciones cotidianas de las que todos hemos padecido. Sin duda más de uno recordará los primeros minutos de “Día de furia” con Michael Douglas (todos hemos sido ese hombre durante algún momento de nuestras vidas), sin embargo, me parece que justo cuando “Día de furia” falla y se pierde (¿para qué terminar convirtiéndole en una cinta melodramática) “Ya no me siento…” se sostiene y sorprende.
El caso es que la paciencia de la cansada Ruth llega al límite cuando le roban una serie de pertenencias de su casa ¿Debe soportar también eso y no hacer nada? Al ver el poco interés de la policía por solucionar su caso Ruth iniciará su propia investigación que la llevará a toparse con su excéntrico vecino interpretado por un Elijah Wood que no recuerda a ningún portador de anillos.
Esta inusual pareja terminará envuelta en todo tipo de disparatados eventos mientras intentan localizar a los ladrones.
Entonces, ¿qué tipo de película es? Muy difícil definirlo es una mezcla de comedia negra, acción y gore (sí, gore, están advertidos). Blair consigue no dejar caer un muy particular guión lleno de giros inesperados y que explota, con humor, varios clichés.
Original, divertida, es muy probable que sorprenda al espectador y lo desubique en varios instantes. La banda sonora también funciona muy bien y se introduce, por momentos, de manera afortunada en las escenas.
Eso sí, la sensación que deja es que “el mundo fue y será una porquería” y solo nos salva un poco de tanta ruindad el amor , si es que llega, y contar con algunos amigos.