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#Cinetflix de la semana pasada lo dedicamos a películas indias, de esas que vemos muchos títulos disponibles en Netflix y que quizás no sabemos cuál escoger. Mi recomendada fue la recientemente añadida: The white tiger.
La película es la adaptación del libro de Aravind Adiga, ganador del Booker Prize en el 2008. El protagonista de la historia (narrador de la novela) es Balram Hawai que ha decidido contarle al exitoso Primer Ministro Chino, que está próximo a visitar India, su particular historia.
El relato en el libro está divido en siete noches, en cada una Balram irá revelando su historia que desde el inicio está llena de interrogantes para el lector. La película respeta la premisa. ¿Cómo logró transformar su vida Balram? Advierto, que nadie espere una clásica historia de autoayuda.
Muchos seguramente recuerdan Slumdog millionaire y su cásica fábula chico pobre cambia su suerte. La referencia aparece en The White Tiger pero para burlarse de ella. La adaptación de Ramin Bahrani mostrará, justamente, que ascender socialmente en India es prácticamente imposible, no solo la suerte no estará jamás del lado de los oprimidos, el sistema mismo está diseñado para que nada cambie. Con mucho humor negro e ironía, Balram describe cómo la falta de oportunidades y un sistema que empobrece la mente y te acostumbra a pensar como un sirviente hace, prácticamente, imposible la sublevación. ¿Cómo liberarse de todo esto?
La película, al igual que el libro se toma su tiempo en presentar los personajes principales. Los abusos y mezquindades que se permiten los ricos y que los más desfavorecidos soportan resignados, son narrados desde la mirada ácida de Balram.
Ramin Bahrani, el director, ha dedicado su filmografía a retratar injusticias y personas que la padecen o intentan derrotarla, aquí no pierde oportunidad para ilustrar las contradicciones de India, cuna de Gandhi, con una economía en crecimiento y plagada de injusticias.
De un sistema corrupto, que no cesa de reproducirse engullendo a los más débiles solo puede escapar una anomalía, un Tigre Blanco, pero que nadie espere que lo haga de manera delicada. Ahí la película nos confronta ¿Cómo juzgar a Balram?
En la novela éste asegura que “merecía la pena saber, aunque fuera un solo día, una sola hora, un solo minuto, lo que significa no ser un criado” la película construye, fiel al libro, una sátira de la India moderna que ilustra esta afirmación tajante.