En el #Cinetflix de días pasados recomendamos películas que trataran el tema del matrimonio. Mi recomendada fue una película irlandesa incluida hace poco en el catalogo de Netflix: Maudie: el color de la vida” que, aunque no se centra en esta temática sí explora una particular relación de pareja.
La dirige Aisling Walsh que cuenta que cuando recibió el guión escrito por Sherry White, inmediamente, se lanzó a saber más sobre el arte y singular vida de quien fuera una reconocida pintora de arte folclórico de Canadá, Maud Lewis.Maud padeció toda su vida una fuerte artritis reumatoide que sumada a su manera diferente de ver la vida la convirtieron en una marginal ,incluso en su propia familia. Sally Hawkins, especialista en encarnar mujeres fuera de lo común, fue la escogida para interpretarla.
Hawkins consigue hacer creíble el difícil padecimiento físico producido por la enfermedad, que que constrasta con la manera luminosa y optimista de Maud de ver el mundo y de encontrar belleza aún en lo más simple. Su camino se cruzará con el de Everett Lewis, un hombre hosco y amargado que busca a alguien que le ayude con las tareas domésticas. Para Maud este trabajo será una oportunidad de escapar de un entorno que la asfixia.Ethan Hawke es el encargado de dar vida a Everett, un personaje con ciertas similitudes el personaje que hizo en First Reformed, los dos hombres que cargan grandes pesos, dolores viejos que los alejan de los otros y les dificultan socializar, en especial a Everett que ha escogido apartarse de todo y vivir aislado.
Si algo puede resumir la relación de este par de parias sociales, uno huérfano y solitario, la otra enferma y rara, es la frase que sale de boca de Maud, en una de las escenas más dulces, : “Somos como un par de calcetines sin pareja.”Walsh, por su parte, buscó recrear al máximo los espacios en los que se movían Maud y Everett grandes espacios abiertos, la naturaleza siempre presente y una pequeñísima casa, sin ninguna comodidad que se fue trasformando bajo el talento de la artistaSin duda esta no es una historia ordinaria de amor, ni retrata un matrimonio convencional, hay mucha tristeza y dolor, secretos impensables, un machismo recalcitrante que le hace daño a todos pero quizás, por eso mismo, es una historia que puede tocarnos de diferentes maneras.Buenas actuaciones, una narración contenida que no cae en el camino fácil, una historia de amor diferente y la posibilidad de conocer un poco de esta artista única que desafió todo tipo de convenciones hacen de Maud una buena opción para ver en Netflix.