El día de hoy en #Cinetflix recomendé una inusual película de guerra inspirada en la extraordinaria historia de un particular soldado. Se trata de Hacksaw Ridge.
Traducida en Netflix como “Hasta el último hombre” narra la vida de un hombre sencillo y honesto: Desmond Doss, quien cumplirá un papel fundamental durante una sangrienta batalla de la segunda guerra mundial.
La historia la dirige Mel Gibson y significó su regreso a la dirección tras diez años de silencio después de Apocalypto.
Gibson ha puesto los focos sobre él por temas muy alejados de sus dotes cinematográficas, su alcoholismo, salidas en falso en contraste con sus profundas convicciones religiosas han ocupado varios titulares. En esta película se centra en temas que le son recurrentes: la fe y el sacrificio en contraste con la barbarie y brutalidad humana.
La historia gira entonces en torno a Desmond Doss.
Narrada en orden cronológico se toma el tiempo de presentar y construir al personaje, sus inquietudes y cotidianidad.
Andrew Garfield, quien encarna a Desmond, realiza una de las mejores interpretaciones de su carrera y consigue hacer creíble a este chico sencillo de férreas convicciones y profunda fe. Además de la interpretación de Garfield destaco la de Vince Vaughn como el sargento Howell y Hugo Weaving como el padre de Desmond. Los dos son, de distinta manera, figuras fundamentales para el protagonista. Ellos moldearán su carácter, Desmond buscará ganar su respeto.
Advierto, las escenas en el campo de batalla son feroces y sangrientas. Gibson no escatima recursos para mostrar con crudeza los horrores de la guerra y consigue señalar su sinsentido al centrarse en una figura que logró trascender esta difícil y ruda situación. Y es que Doss es, sin duda, un héroe de guerra pero por las razones contrarias a las que este reconocimiento suele hacerse.
Hasta el último hombre es una película sobre la fe, la firmeza de las convicciones y el camino, duro y solitario, que recorren los que deciden ser fieles a sí mismos a pesar de las circunstancias.
