En el #Cinetflix de esta semana recomendé una película independiente irlandesa titulada “Handsome devil” (sí, como la canción de The Smiths). Tanto el guión y la dirección están a cargo del irlandés John Butler , siendo esta su segunda película.
La historia gira entorno a Ned Roche, quien ha sido enviado por su padre y madrastra a un internado en los años 80. Allí, el rugby ocupa un lugar central en la vida estudiantil, pasión que el sensible e introvertido Ned no comparte. Esta diferencia lo hace víctima de todo tipo de abusos y burlas que él tolera a medias mientras espera que quizás ocurra un milagro y lo expulsen.
Esta situación cambiará, de maneras inesperadas, con la llegada de dos nuevos personajes: un alumno y un maestro.
El alumno es Conor Masters un atractivo joven ( el handsome devil de esta historia) quien llega precedido por la fama de haberse peleado con todos en su antigua escuela y que, además, para dicha del equipo que atraviesa una mala racha, es un excelente jugador de rugby. A este recién llegado lo asignan cómo compañero de cuarto de Ned, quién, para su espanto siente que debe compartir su espacio (su refugio) con aquello que más detesta.
El maestro es Dan Sherry interpretado por Andrew Scott a quien recordarán como Moriarty en “Sherlock” o por su actuación en “Pride”. Sherry llega con ánimo a realizar su labor y desea fervientemente motivar a sus alumnos para pensar por sí mismos y ser coherentes con los que son aunque, sin duda, a él le falta aplicar lo que enseña.
El director explora este universo estudiantil masculino lleno de prejuicios, temores, en donde se valora la fuerza física y se admira la violencia mientras, algunos jóvenes ( y adultos) buscan encontrarse a sí mismos y definirse a pesar de lo que su entorno desea de ellos.
Sencilla, fresca, posee una buena banda sonora (disponible en Spotify y Youtube).
Es cierto que tiene momentos dulzones pero, me parece, sigue siendo una película que cumple y que, sobre todo, aborda una problemática que sigue vigente. Ah, y nada mal que aparezca el rugby al que le han dedicado tan pocas películas en la historia del cine.
