Siguiendo con el tema de los vampiros recomiendo “Solo los amantes sobreviven” del director Jim Jarmusch (que, sin duda, se parece mucho a los protagonista de esta película).
La historia gira en torno a la pareja de vampiros compuesta por Ava y Adam que están juntos hace siglos (literalmente).
Tom Hiddleston, alejado de sus roles habituales, interpreta a un creativo y refinado vampiro que añora épocas mejores. Adam sufre por las malas decisiones de los zombies, así nos llama a nosotros los humanos, que acarrean la destrucción de todo lo que vale la pena en el mundo para él.
Tilda Swinton (perfecto casting) es una vampiro culta, lánguida, amante de las cosas bellas. Mia Wasikowska es Ava, la hermana rebelde de Eve, una eterna adolescente descarriada que rompe el equilibrio de la pareja con su inesperada visita. Si no la ubican Mia actúo en las recientes “Mme Bovary”, “Jane Eyre “y fue la tremenda India en “Stocker” de Park, ah y ha sido Alicia en la versión de Tim Burton y en la reciente de James Bobbin.
También aparece el trágicamente fallecido el año pasado, Anton Yelchin, interpretando a un humano que ayuda a Adam a conseguir diferentes objetos particulares.
“Solo los amantes sobreviven” es, ante todo, una película de atmósferas y preciosa fotografía. El espectador se sumerge en este ambiente nocturno, refinado y, por qué no decirlo, snob, de añoranza y reflexión. Nadie espere acción, ni una trama con sobresaltos, esto es contemplación, salpicada de sutil humor y acompañada con una afortunada selección musical.
Las referencias literarias, musicales y científicas están por todos lados. Baste ver la habitación de Adam, los nombres que utiliza la pareja en sus pasaportes para viajar (siempre en vuelos nocturnos, claro está) y el personaje de Marlowe (dramaturgo inglés) , que en la película es concebido como un vampiro e interpretado por el legendario John Hurt.
En fin, ante la decadencia inevitable del mundo y la destrucción de la belleza lo único que vale la pena es el amor, como lo dice el título, que será lo único que sobreviva.
Para ver sin prisas y degustar como ellos disfrutan tomar sangre en pequeñas copas o en particulares paletas.