Nido de ratas (On the waterfront) es una de esas películas que toca ver para entender el mito tejido sobre Marlon Brando. Si al evocar el nombre del legendario actor el lector de esta reseña recuerda vagamente a un gordo o, quizás, solo puede pensar en Vito Corleone en El padrino , vale la pena que mire esta película y se deslumbre con la actuación de Brando.
El actor encarna a Terry Malloy un ex boxeador venido a menos que contempla impasible, y a veces colabora un poco, en el control que ejerce una suerte de mafia del sindicato de los trabajadores del muelle. Los empleados están doblegados por completo a Johnny Friendly y sus matones, reina la ley del silencio, trabajan por miserias (cuando los dejan) mientras ellos se enriquecen.
Malloy lo acepta, sin sueños ni expectativas mira impasible la debacle de su barrio mientras su hermano mayor, Charley, se ha convertido en la mano derecha de Johnny.
Quizás nada hubiera cambiado de no ser por la aparición de Edie Doyle, la hermana de la última víctima de los matones del puerto. El hermano de Edie peleó por indemnizaciones y tratos justos y ha sido asesinado. Terry sabe muy bien quién estuvo detrás de ese asesinato pero nunca contempló rebelarse hasta la aparición de Edie que viene con su dulzura a desarmar al rudo Terry y a mostrarle que puede que valga la pena salir de la oscuridad y detener ese engranaje de sumisión y crimen.
Nido de ratas es, pues, muchas cosas… Es, por un lado la historia de redención de un personaje interpretado de manera magistral por Brando que supo impregnarle la mezcla de dureza y dulzura necesarias para hacer creíble el periplo doloroso de un hombre que vió pisoteados sus sueños y se ha convertido en una sombra de algo que pudo haber sido.
Precisamente ese es el tema de uno de los diálogos más famosos de esta cinta que tiene lugar cuando Charley debe enfrentarse a su hermano menor que amenaza con rebelarse. Charley va decidido a todo hasta que el cansancio y tristeza de su hermano menor lo desarman ¿cómo obligarlo a seguir el camino equivocado? y ¿cómo pensar en asesinarlo cuando está diciendo la verdad? Es ahí cuando Terry dice la famosa frase: «You don´t understand, I could have had class! I could have been somebody instead of a bum, which is what I am, let´s face it.»
Por otra parte, Nido de ratas es también una película sobre cómo los hombres parecemos necesitar siempre un líder, un mártir, alguien que desde su sacrificio nos muestre el camino. Tambaleante, sangrante, poco importa, lo que nos guía es la fortaleza de estos hombres que llegan a devolvernos la humanidad perdida tras el miedo y entonces, reivindicados, parece ser que estamos al fin dispuestos a luchar…. No sé si eso me parece más bien triste pero ahí está Terry Malloy para encarnarlo en este clásico del cine que vale la pena ver.