Tras Juno, Across the universe es sin duda una excelente oportunidad de ver otra película buena onda. La directora Julie Taymor (quien también dirigiera Frida) decidió medirsele al reto de hacer una película musical construída a partir de las canciones de los Beatles. Tanto Ricardo Silva, en Semana, como Luis Fernando aquí en ochoymedio habían escrito reseñas elogiosas, fuí entonces con entusiasmo y expectativa a verla en cine, donde realmente vale la pena verla, y no salí decepcionada.
Varias cosas me sorprendieron, la primera que efectivamente consiguen insertar las canciones en una historia de manera lógica y natural; es decir, cuando escucho The wall de Pink Floyd, es difícil para mí no tener imagenes de la película y no sentir esas canciones parte de un todo coherente. A los Beatles los he escuchado hace mucho tiempo y no creí posible que de repente sus canciones pudieran quedar ligadas a una historia, a ciertos personajes y sin embargo, Across the universe logra realizar tan difícil empresa.
Los protagonistas de la historia son Jude (y qué bonito es cuando suena Hey Jude) y claro, Lucy, esa niña de Lucy in the sky with diamonds. Vienen de lugares diferentes, él de un barrio obrero en Inglaterra, ella es una norteamericana de familia rica que cruzarán sus destinos en Nueva York. Son los años sesenta, todo está cambiando, hay nueva música, nuevas posibilidades pero también nuevos temores y enemigos porque está empezando la guerra en Vietman.
Gracias a esta pareja que descubrirá el amor, y a sus diferentes amigos, la película nos lleva de viaje por la música de los Beatles y estos convulsionados años donde todo es posible menos ser indiferente.
Para mi sorpresa muchas de las canciones se redimensionaron por completo, quizás nunca le había prestado mucha atención a las letras. Otras, que he esciuchado mil veces y que conozco bien, eran interpretadas de una manera original y diferente como I want you, interpretada por el tío Sam que espera enrolar combatientes o Come together, una de mis favoritas con su letra surrealista, cantada por los mendigos y prostitutas de la calle acompañando la llegada de un guitarrista que busca probar suerte en Nueva York.
Me encantó estar en cine junto a personas emocionadas y sentir que todos tarareabamos discretamente las letras mientras nos creíamos la historia. Sí, es cierto, quizás algunos pedazos son un poco largos, o algunos cabos quedan un tanto sueltos pero si uno deja de lado ciertas exigencias y se cree el juego y acepta introducirse en esta especie de largo y sentido video la pasa realmente bien…. Y lo mejor de todo, por una tarde volverá a creer (¿o acaso no es cierto?) que All you need is love.