Skip to main content
Uncategorized

La barbarie

By mayo 14, 2007febrero 23rd, 2015No Comments

Difícil no escribir nada después de leer tanto espanto. Me aventuré por el blogwww.kajadetrastos.blogspot.com y leí el artículo que comenta Sergio sobre los descuartizamientos a campesinos cometidos por paramilitares. La noticia es suficientemente macabra como para quitar el sueño durante días.

Un paramilitar reconoce y acepta durante las indagatorias que parte de su entrenamiento para matar contempló el descuartizamiento de personas. Narra cómo llevaban campesinos amarrados a algunos lugares hasta que llgaba el día del entrenamiento y entonces los sacaban en ropa interior. Los abrían, aún vivos, para sacarles las tripas y paso siguiente los iban cercenando de a poquitos. El paramilitar cuenta de una mujer a la que le cortó un brazo, que lloraba y suplicaba por su vida porque tenía dos hijos.

No sé ni que decir… me cuesta entender, asimilar y aceptar que eso ha ocurrido y está ocurriendo en mi país mientras yo voy a cine o hago mercado y vivo una realidad tan distante. Durante años se ha creado en Colombia la ley de » si no lo pienso mucho no existe» promovida por toneladas de programas insulsos, el poco análisis y la falta de reacción. No entiendo cómo no nos hemos volcado a las calles a protestar, a hacer algo, cómo si se llenan las casillas de comentarios tras los comentarios «apátridas» de Vallejo quién finalmente no está destruyendo nada y a quien, tras leer semejante espantos, se le podría dar la razón.
A mis alumnos suelo hablarles mucho del olvido (como también lo señala Sergio en su blog), no en vano fue una epidemia que atacó a Macondo. Olvidamos lo que duele, lo que hiere, es un mecanismo que incluso muchos aplican en su vida diaria pero aquí qué hacer… me cuesta trabajo no sentir un dolor inmenso imaginando los gritos de esa mujer asesinada lentamente, clamando por sus hijos y además pensar que como ella hay otras. ¿Qué hacer con alguien que confiesa un crimen tan atroz?,¿de qué manera espantosa han sido conducidos a tales actos de salvajismo y cómo reintegrarlos en sociedad?, ¿qué les queda a los huérfanos, a los familiares de estas víctimas?
Ahora que se están destapando tantas verdades es como si quedaramos desnudos frente a la más aterradora condición humana… a esto nos han llevado años de progreso y supuesta civilización y pensar que nos aterramos de ciertos rituales indigenas en los que se extraía el corazón aún latiendo para apaciguar a los dioses. Aquí ya no hay fe que secunde estos actos, simple ambición, desenfreno, liberación de los instintos más bajos lo que viene a demostrarnos que humanizarse es un acto que requiere autodeterminación y voluntad porque no es una cualidad que se posea percé.
¿qué nos queda?

Diana Ospina Obando

Diana Ospina Obando

Escribir, leer, ver películas, viajar...¿me faltó algo?