Tarde de jueves y yo pensando en The Office.
No he visto la versión gringa, ni ganas me han dado, porque la inglesa me la vi por partes pero la vi completa y total. No sabría ni cómo describir mi sensación tras ver el primer capítulo pero si puedo decir que de la extrañeza y el desapasionamiento que experimenté inicialmente pasé a un fervor ilimitado a medida que vi los siguientes. Es cuestión de conocer a los personajes, sus extrañezas, sus contradicciones y de repente estás adentro, te involucras en sus vidas y sus problemas. La serie no tiene consideraciones de ningún tipo, la condición humana aparece reflejada en su totalidad, sin tapujos y si uno se ríe se ríe de ver retratadas de esa manera tan cruda nuestra incapacidad para escuchar al otro, nuestras luchas de egos, los pequeños poderes, casi que la imposibilidad total de trascendencia.
Es fácil recordar capítulos deThe office en nuestra vida diaria, las mezquindades, los malentendidos, lo absurdas que pueden ser ciertas situaciones. Pero hoy pensaba en otra cosa, pensaba en la historia de Tim el personaje con el que es más fácil sentir cierta simpatía. En esa oficina de locos (o de normales) Tim mira con extrañeza, no entra en los juegos de poder evidentes y parece aspirar a un mejor destino. Está enamorado de la chica de la recepción, Dawn, y a pesar de que podemos ver que ella no es indiferente prefiere seguir con un novio patán que nos cae mal. El golpe certero nos lo dan el día en que Tim acepta quedarse en su empleo por una promesa de ascenso, ahí está… nuestro muchacho se han trasnsformado y ahora se parece a los otros. Deja atrás sus sueños, se entrega a esa vida desapacible de la oficina y por si fuera poco, tras un acto de valentía, abre su corazón y es rechazado por Dawn, todo parece perdido.
Sin embargo, al final las cosas cambian, a Tim lo redimirá el amor y su acto de perdición cobrará sentido cuando al fin, tras larga espera, su amor podrá ser correspondido. Pero el camino no fue fáci para llegar allí, tanto Tim como la chica deberán, de manera individual, enfrentarse a su vida, sus ambivalencias y problemas y solo al final podrán actuar de una manera diferente. En medio de tanta incomunicación, incoherencia e individualismo patético, el amor termina por otorgar sentido a esas existencias. Creamos que puede ser posible….