A continuación, la reflexión de Felipe sobre mi reseña. Siempre acertivo el presidente del MoGo merece una entrada especial….
Diana,
Leí tu reseña sobre Capote. Traté de enviar un comentario pero no pude. Le voici:
«El único punto en el que disiento radica en un matiz de la relación entre Capote y Perry, pues no creo que el escritor lo considere como un asesino despiadado: él nota la almohada bajo la cabeza de la niña, la cobija sobre el cuerpo del muchacho, etc.. Eso me parece importante porque, por lo menos en la película, el título del libro parece una traición a la relación que se desarrolla entre ellos: Perry le ha hecho saber que no los mató «a sangre fría». Capote lo sabe. Pero por razones estéticas y de eficacia narrativa que no comparto, pinta a sus asesinos como brutos -ahí sí- despiadados. En ese sentido el ejemplo del inuit y el coyote es muy pertinente: el coyote muerde, mata, huye; pero no lo hace por maldad. El relato de Perry hace pensar en esas señoras bien que de un momento a otro sueltan un chorro de groserías y de blasfemias en plena misa. Por esa razón pensé en la idea de Bolaño según la cual nuestro asesino puede ser un ser sinceramente encantador… hasta que nos asesina. Para Capote Perry es más bien un pobre diablo que, como un espejo terrible, le hace verse a sí mismo como un diablo afortunado».
Un abrazo,
Felipe