En el océano me pierdo
Veo el océano y … no sé
Tan increíblemente inmenso
Tan respetable
Que no navegaré
No navegaré
No lo navegaré
Miguel Bosé
Ahí está el mar, se abre inmenso bajo tus pies.
Es la segunda vez que lo visitas este año, eres afortunada porque escucharlo te alivia el corazón, te aligera el cuerpo.
Parada frente al mar sabes que estás sola…. siempre estamos solos.
Parada frente al mar sabes que es una soledad dulce porque la acompañan el sonido de las olas, la luz de las estrellas, los movimientos imperceptibles de los cangejos…
Parada frente al mar sientes una mano que toma con firmeza la tuya y escuchas con cuidado la promesa: por el camino encontrarás siempre a alguien que quiera contemplarlo junto a ti.
Ya en la ciudad piensas en el mar, en los recuerdos que son móviles como las olas.
Ya en la ciudad te encuentras con un tiempo que trascurre diferente, con silencios y ocupaciones.
Extrañas el mar y te sientes triste por un tiempo… es normal. Después te paras frente a la ciudad, frente a las luces que titilan bajo tu ventana.
Este es tu sitio.
Por ahora no navegarás.