Skip to main content

Hace pocos días se inauguró en la galería  Casa Cano una exposición con 30 pinturas de Emma Reyes. Desde 1993 no se exponía nada de ella en el país. No cabe duda que el interés creciente por esta artista en los últimos años está ligado a la publicación en 2012 de Memoria por correspondencia donde se reúnen las cartas que Reyes le escribió, durante varios años, a su amigo Germán Arciniegas. 

¿Por qué este libro pequeño y sencillo ha fascinado a tantos?  La respuesta la da la feliz combinación de dos factores: un estilo sencillo pero poético. Reyes cuenta los recuerdos de una infancia perdida de la que nunca ha hablado con nadie y la cuenta con la voz de la niña que fue, con la misma ingenuidad e inocencia con la que vivió en condiciones precarias en Bogotá, Guateque y muchos años en un  convento donde terminó recluida. A través de los ojos de la niña Reyes obtenemos una compleja radiografía de la sociedad colombiana de la época. El lugar de la mujer, de los indios, la religión, la hipocresía y apariencias de una época, como la de ahora, llena de contradicciones, de supuestos valores que todos deben seguir pero que se subvierten de diversas formas.

Germán Arciniegas y Emma Reyes

Germán Arciniegas y Emma Reyes

Sin juicios, sin tomar partidos, Reyes se convierte en espectadora de este mundo que le tocó en suerte y busca sobrevivir y adaptarse a él mientras en su alucinada y poco común historia se le atraviesan todo tipo de obstáculos materiales y emocionales.  Sorprende la exactitud de los detalles, la minuciosidad del relato que surge fresco y espontáneo en estas cartas, quizás porque los momentos difíciles o intensos se graban con fuego en la mente y en el cuerpo.

A mí, en lo personal, me recordó Las cenizas de Ángela (1996) esa preciosa autobiografía escrita por el irlandés Frank McCourt que, como Reyes, en una combinación inusitada logra que rías y llores mientras contemplas la dureza de estos particulares destinos y te maravillas, también, por la mente única de estos seres humanos excepcionales que consiguen trasmitir estas vivencias con tanta belleza y poesía.

cenizas de angela

Dueña de una vida única e irrepetible Reyes dejó el convento para recorrer el mundo y convertirse en una notable pintora en París. Nada de eso está en las cartas y es, francamente, material para otra publicación, pero la mirada de la artista que fue está presente en cada una de las líneas de este formidable libro.

Emma Reyes

Emma Reyes

Diana Ospina Obando

Diana Ospina Obando

Escribir, leer, ver películas, viajar...¿me faltó algo?