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¿Y cómo es él?

¿Qué decir que no se haya dicho de esta formidable historia?

En enero de este año la revista Arcadia publicó un largo artículo sobre este documental dirigido por Malik Bendjelloul (ganador al Oscar a mejor documental este año) que puso, al alcance de todos, la increíble historia de Sixto Rodríguez.

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¿Pero, quién es este hombre? Rodríguez, estadounidense de raíces latinas, sorprendió a productores y músicos en los años 70 con su indudable talento como compositor y músico. Sin embargo,  el reconocimiento y la fama, como ya se sabe, no siempre coronan a quienes más se lo merecen y este fue el caso. Tras dos discos, escasísimas ventas y la sensación de que lo que hacía no era bien recibido, Rodríguez se silenció.

Un conocido refrán dice que nadie es profeta en su tierra y esta podría ser una historia que ilustra a la perfección esa idea. Nadie sabe bien cómo pero una de esas escasas copias vendidas de los discos de Rodríguez llegó a Sudáfrica y ahí lo que no fue visible en los Estados Unidos encontró el destino que merecía. El boca a boca lo hizo circular rápidamente y en cuestión de meses las canciones de Sixto Rodríguez le dieron voz a una generación silenciada.

Burlando la censura de la época (apartheid), jóvenes sudafricanos encontraron las letras que ponían en palabras sus temores y angustias, descubrieron que a través de la música  se podían hacer preguntas incomodas, se podía protestar, se podía gritar.

La leyenda empieza cuando estos jóvenes fanáticos buscan saber más del hombre que es capaz de obrar este milagro, del hombre que tiene la sensibilidad y el talento para expresarse de esa manera, del hombre que ha logrado opacar a los Rolling Stones y hacer que Dylan parezca demasiado suave.  Pero nada se sabe de él, solo encuentran silencio y versiones encontradas: al parecer ha muerto, se ha suicidado nadie sabe bien cómo, si con una bala frente a los espectadores de su último concierto o quemado vivo en el mismo escenario, en fin. Los años transcurren sin que nada se aclare y sin que  sus discos dejen de producirse y venderse en ese país africano tan lejos de Norteamérica. Muchos años y millones de copias vendidas después, dos hombres, Craig Bartholomew  y Stephen Segerman unirán fuerzas para descubrir qué fue de su ídolo, ¿qué pasó con Sixto Rodríguez?

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Searchin for sugar man es la historia de cómo la curiosidad puede llevarnos a descubrir hechos inesperados. A través de entrevistas, fotos, material de archivo, animaciones, en fin, a través de diversos recursos y gracias a una impecable edición, el suizo Bendjelloul  nos cuenta los inicios de Sixto,  su corta carrera musical y su éxito avasallador en Sudáfrica mientras reconstruimos la investigación de dos hombres dispuestos a desentrañar un misterio,  hasta encontrar un inesperado desenlace.

Si bien en Arcadia y en otras partes cuentan la historia completa y muchos pueden buscarla, yo he decidido dejar esta reseña abierta, sin contar tanto detalle con el fin de permitirle al espectador sorprenderse con el giro que darán los acontecimientos durante el desarrollo de esta historia.

Sin embargo, lo que sí puedo decir es que este documental es muchas cosas a la vez: es la historia de un hombre talentoso y su choque contra una sociedad  (¿un momento histórico?) que no supo apreciarlo;  es la historia de una investigación motivada por la obstinación y el amor a la música;  es, también, una prueba de que, como lo dijo Ciro Alegría, “el mundo es ancho y ajeno” y otro país puede ser, literalmente, otro mundo.

A Searchin for sugar man vale la pena verlo solo por escuchar la original voz de Sixto Rodríguez mientras entona sus potentes letras. Vale la pena verlo para llenarse de esperanza y fe, para conmoverse ante la capacidades que tiene el arte, llámese música, cine o literatura para producir cambios importantes, para darle voz a los que callan,  fuerza a los oprimidos. Y, finalmente, vale la pena verlo para recordar verdades simples y necesarias: que una pasión puede ser el alimento diario, que las recompensas a un trabajo honesto y sentido pueden superar cualquier expectativa  y que el dinero no siempre hace parte de la ecuación, ni es necesario

Muy recomendado.

Summary:
Diana Ospina Obando

Diana Ospina Obando

Escribir, leer, ver películas, viajar...¿me faltó algo?